Gastronomía

Una gastronomía de origen morisco

Rica y variada es la cocina de Albanchez, conservando la peculiaridad de poseer el único guiso de maíz que puede tomarse en toda la provincia de Jaén. Plato éste propio del verano donde los granos de maíz, una vez triturados en el mortero, darán cuerpo a un caldo hecho a base de un sofrito de pimientos, habicholillas, tomate y guindilla fresca, que habrán de cocer, después, con pimentón, azafrán, cominos, ajos y sal. Otro de los platos tradicionales albanchecinos son los denominados borullos, que no son más que una variante de los andrajos con liebre, en los que la masa se trocea laboriosamente hasta formar pequeños pedazos del tamaño del maíz hinchado, acompañándose con productos de huerta como pimientos verdes, patatas, berenjenas y habicholillas.

La herencia de la gastronomía andalusí está presente en buena parte de las recetas y hábitos culinarios que se conservan en Albanchez, como la morcilla de res, hecha con sangre de cordero, y que se consume en todas las celebraciones relevantes, los borullos y los guisos de maíz y de trigo. En el capítulo de dulces destacan los almendrados, elaborados con almendra molida, huevo, canela, azúcar y raspadura de limón.

Para postre, las hojuelas, que pueden tomarse con azúcar y canela o con miel; o los no menos andalusíes almendrados, deliciosa conjunción de merengue, azúcar y almendras pasados por el horno. Imprescindible como postre de las tradicionales bodas de antaño era la refrescante ensalada de melón, y como postre o merienda de las tardes de otoño las no menos tradicionales bodas, así llamados a los esponsales pitanceros de un higo seco, conservado en harina, y un trozo de nuez, de almendra o de bellota pelada que se coloca en su interior.

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